Las centrales eléctricas de combustibles fósiles o termosolares, necesitan agua limpia para su funcionamiento. El agua utilizada puede contener numerosas impurezas (calcio, magnesio, sílice…) los cuales pueden causar problemas en las turbinas o intercambiadores de calor. Por ello, el agua debe ser tratada a través de intercambio iónico o filtración mecánica.
Es también de muy importante el adecuado tratamiento mediante filtros de arena de las aguas residuales emitidas para su posterior reutilización con el objetivo de contribuir a un consumo sostenible del agua.