Los procesos de depuración requieren de filtración mecánica como lechos de arena, antracita, sílex, resina de intercambio iónico o carbón activo para retener las partículas que causan la turbiedad. En ocasiones también se requiere una reducción de la dureza mediante intercambio iónico o la adsorción de contaminantes mediante el uso de carbón activo.
Nuestros recipientes a presión se adaptan a cualquiera de estos medios.